viernes, 22 de agosto de 2008

Etta James, primera parte: 1954-1959

Jamesetta Hawkins, alias Etta James, nuestra heroína en esta ocasión, nació en Los Angeles en 1938 , en una época de duros conflictos bélicos (primero fue la Segunda Guerra Mundial y al poco la guerra de Corea). Una vez superadas las guerras y los costosos desembolsos militares, desde mediados y finales de los 40 la economía norteamericana empezó a florecer. Se generan nuevos puestos de trabajo, aumenta la calidad de vida y el poder adquisitivo, y la cultura del ocio toma más relevancia. Más en concreto, en la costa oeste se abren cantidad de clubs de música en directo, y surgen un montón de bandas de Rhythm and Blues. La escena musical de Los Angeles a mediados y finales de los 40 estaba representada fundamentalmente por Louis Jordan, uno de los máximos exponentes de música “Jive”, que no es otra cosa que una forma de Rhythm and Blues mucho más bailable y animado, acompañado por una tórrida sección de vientos deudora de la música Swing de los años 30, con un sonido que es fiel reflejo del optimismo y bonanza que vive la sociedad norte americana en esa época. Aunque Jordan es el artista más popular hay muchos otros: líderes de bandas como Johnny Otis, Roy Milton o Joe Liggins se recorren el país de costa a costa para tocar en multitud de locales. En esta época surgen continuamente nuevas estrellas: Wynonie Harris, Fats Domino, Roy Brown... y por supuesto aparecen los primeros grupos vocales fuertemente influidos por la música Gospel: Clovers, Orioles, 5 Royales...

Con este panorama no es de extrañar que la joven Etta James se sintiera fuertemente atraída por el Rhythm and Blues, pero no es ninguna novata, con tan solo 5 años entra a formar parte del coro de una iglesia baptista de Los Angeles, y tiene como mentor y maestro al profesor James Earle Hines, cantante gospel de posguerra que graba para la discográfica independiente Modern Records. En 1950 desgraciadamente muere la madre adoptiva de Etta, y se traslada a vivir a San Francisco donde reside su madre natural, Dorothy Hawkins, de origen afro americano que tuvo a Etta James con tan solo 14 años.

Etta lo tenía claro, desde la primera vez que escuchó los discos de su adorada Billy Holiday quería ser cantante profesional. También se sentía inclinada hacia el estilo gospel de Sister Rosetta Tharpe, y sus característicos gritos acompañados por su primitiva guitarra; pero el gran éxito que Dinah Washington estaba consiguiendo en esa época, convenció a la joven Etta de que ella también podía hacerlo. Establecida en San Francisco, con tan solo 14 años forma su primer grupo vocal con dos compañeras del colegio, las hermanas Abbye y Jean Mitchell, y Etta como voz principal. El grupo se hace llamar The Peaches, que es también el apodo de Etta James. Poco a poco incorporan algunas canciones propias a su repertorio, e inmediatamente el joven conjunto se recorre el circuito de clubs de la ciudad, dentro de las limitaciones de unas adolescentes menores de edad.

En 1954 Johnny Otis llega a la ciudad de San Francisco para actuar un par de noches en el mítico Fillmore Ballroom. Aparte de músico, Otis es un cazatalentos e intuitivo hombre de negocios siempre a la búsqueda de la nueva sensación que pueda hacerle rico. Casualmente Otis consigue presenciar una actuación de las chicas en un pequeño club de la ciudad, y cae rendido ante el talento y poderío de Etta, tal es así que Otis arregla a las chicas una sesión de grabación en Los Angeles.

En contra de los deseos de la madre de Etta, The Peaches viajan a Los Angeles y en 1954 realizan la sesión de grabación para Modern records. El resultado es el single “Roll with me Henry” con “Hold me, squeeze me” como cara B. En estas sesiones participa la banda de Johnny Otis al completo, pero también Richard Berry (más conocido por ser el autor de “Louie, Louie”) acompañando a Etta como voz solista. “Roll with me Henry” es una respuesta al reciente éxito de Hank Ballard and the Midnighters, “Work with me Annie”, y rápidamente consigue escalar los primeros puestos en las listas de Rhythm and Blues, no es de extrañar, la grabación es un número bailable muy pegadizo que se acopla a la perfección a los gustos de la época. Suena increíblemente fresca, pero sobre todo destaca la profunda voz de una Etta de 17 añitos que canta como si le fuera la vida en ello, una voz repleta de fuerza y vitalidad, elegante y sexy al mismo tiempo. Como anécdota, las calenturientas mentes censoras cambiaron el nombre de la canción por “The Wallflower” a pesar de tener una letra de lo más inocente.

Al poco tiempo (1955) The Peaches se separan, pero Etta James continúa en solitario, y gracias al éxito de “The wallflower” sale de gira con grandes nombres como Little Richard o Billy Doggett, y graba fabulosos nuevos temas como “Hey Henry”, tan bueno o mejor que “The Wallflower”, con ese duelo cruzado entre saxofones y piano, de nuevo con Etta dando lo mejor de si misma, con su forma de cantar sucia y salvaje, pero también inocente y espontánea. “Good rockin' daddy” consigue de nuevo ascender a las listas de éxitos a base de bailable Rhythm and Blues, género que por entonces estaba mutando en los nuevos sonidos de Rock and Roll popularizados por un jovencísimo Elvis Presley. Otros temas de este período son “Crazy feeling”, “W.O.M.A.N” de los tiempos de The Peaches (compuesta como respuesta a “I'm a man” de Bo Diddley), o “That's all” de su admirada Rosetta Tharpe, pero en clave de Rock and Roll. Son canciones de ortodoxo Rhythm and Blues, pero interpretadas por Etta James (y la banda de Maxwell Davis) se transforman en piezas maravillosas con la misma vigencia ayer, hoy y siempre.

Entre 1956 y 1957 Modern records graba las siguientes sesiones para Etta, ni más ni menos que en el legendario estudio J&M de Cosimo Matassa en Nueva Orleans, de nuevo bajo la supervisión de Maxwell Davis. Los músicos de Etta en esta ocasión son nombres míticos como Lee Allen, Dave Bartholomew, Earl Palmer, Justin Adams y Harold Battiste, todos ellos veteranos que han grabado las canciones más populares de Little Richard o Fats Domino. “Rough lover” compuesta por la propia Etta, es un frenético Rock and Roll lleno de sensuales gruñidos, palmas y un solo de saxo tenor de la casa, como solamente Lee Allen sabe hacerlo, en la misma línea de temas como “Long tall Sally” de Little Richard; a estas mismas sesiones pertenecen maravillas como “Baby baby everynight” con unos inolvidables coros a modo de respuesta, “How big a fool” es una emocionante balada que Etta canta con total entrega y convicción. “Market place” comienza sosegado, pero rápidamente suenan los saxos que acompañan a un impresionante solo de guitarra, mientras, de nuevo, la sugerente voz de Etta James cautiva de inmediato. Nuestra dama es una virtuosa cantante con una calidad incuestionable, pero sobre todo es una intérprete única, canta con el alma y con el corazón, y es capaz de transformar canciones mediocres en auténticos pelotazos de Rhythm and Blues con una primitiva intensidad, pero siempre con una clase y distinción sobrenatural.

En 1958 y 1959 Etta graba más material para Kent records (al igual que Modern, propiedad de los hermanos Bihari). No baja el listón lo más mínimo, el material sigue siendo excelente y Etta siempre está a la altura de las expectativas. De este período destacan algunos duetos de Etta con su compañero sentimental en aquellos días, Harvey Fuqua (cantante principal del legendario grupo vocal The Moonglows), son temas que se mueven hacia terrenos más estilo Doo Wop e incluso comerciales, y muestran a una versátil Etta James capaz de cantar el estilo que quiera y siempre bien. A estos años pertenecen cosas como: “If it ain't one thing”, un saltarín tema de Doo Wop con un alucinante solo de guitarra incluido; “I hope you're satisfied” es una bonita balada que muestra a la acaramelada pareja en acción; “We're in love” se trata de un pegadizo Rock and Roll con fuerte potencial comercial, pero inexplicablemente pasa desapercibido por el público.

Los hermanos Bihari tenían muchas esperanzas puestas en Etta James pensando que iba a conseguir múltiples éxitos, pero lo cierto es que a pesar de su grandísima calidad como cantante (y compositora), Etta solo logra un par de ellos en 4 años, y Kent records decide no renovarle su contrato discográfico, así de cruel e inhumano es el negocio discográfico. A pesar de todo, quedándonos con la parte positiva, Etta James dejó un impresionante legado discográfico para Modern y Kent, compuesto por varios singles y un LP (editado años más tarde, en 1961). En lo negativo, en 1959 una joven Etta James con tan solo 21 años, se ve en la calle, sin contrato discográfico y con el corazón roto en pedazos, y para colmo adquiere un creciente hábito al consumo de heroína que la llevará por el camino de la amargura durante muchos años.

La desilusión de Etta no duraría mucho; gracias a su talento innato, en 1960 unos avispados hermanos Chess (de Chess records) ponen sus ojos en ella y le ofrecen un nuevo contrato discográfico, y esta vez sí, se convierte en una cantante de gran éxito con cambios sustanciales estilísticos. Esta vez se mueve hacia terrenos más melódicos y orquestados, abundan las aterciopeladas baladas, pero los resultados siguen siendo deslumbrantes, todo lo que toca Etta James lo convierte en oro. En la segunda parte del artículo trataremos, en la medida de lo posible, el período Chess de una de las cantantes de Rhythm and Blues, Soul y Rock and Roll más grandes de todos los tiempos, que por cierto, a sus 70 años, todavía sigue en activo ofreciéndonos excelentes discos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

  © Blogger templates Brooklyn by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP